No importa cuan negros puedan ser los problemas que se te presenten, ni lo complicado que pueda resultar salir adelante. Yo siempre voy a estar ahí para ti. Nunca debes dudar en recurrir a mí para apoyarte cada que lo necesites, porque nada me dará más gusto ni me hará sentir mejor, que saber que tengo tu confianza. Porque tú desde luego has sabido ganarte la mía.
Nunca voy a darte la espalda, porque eres como de mi familia. Y sé que al igual que yo puedes tener muchas inquietudes y sentir que has perdido el camino. Te comprendo, porque yo también he pasado por esos momentos, en los que tu mente se puede sentir muy confundida.
No hay nada que no podría intentar para lograr que te encuentres bien. Tu amistad es una de las mejores cosas que me podrían haber pasado, además de contar con tu apoyo cuando me veía en apuros. Lo mejor de haber estado apoyándonos por largo tiempo, es saber que nunca dudaríamos de ayudarnos cuando lo necesitemos. Me enfrentaría con lo que fuera y con quién sea, solo para demostrarte que en todo instante, tienes mi lealtad.
Yo no temo decirte que te quiero, porque eres de las personas más valiosas que tengo hoy y en el pasado. Antes bien me toca agradecerte, porque tú también has hecho tu parte al brindarme recuerdos incondicionales.
Como mi mejor amiga, siempre vas a ocupar un lugar muy especial e irremplazable en mi corazón. Tenlo siempre muy presente y cada vez que te sientas triste, acuérdate de esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario