Al día siguiente, el gramito creció todavía más. Entonces ya era evidente que Mya empezó a sentir un dolor muy fuerte. Los padres llevaron a la niña al hospital tan pronto como pudieron.
Los padres preocupados por su hija, la llevaron al hospital. ¡No podían creer lo que salió de su cuello!.
Los médicos estaban perplejos porque no sabían que diagnosticar lo que le pasaba a la niña. Lo más probable fue que era una infección localizada en la zona del cuello de la pequeña paciente. Intentaron disminuir el hinchazón y el dolor, pero sin éxito. “Ellos pensaron que era una inflamación de la glándula”, dijo Aaron Whittington, el padre de Mya. Los médicos le administraron un antibiótico y enviaron a la familia a casa.
Los medicos explotaron la espinilla y desinfectaron la zona. Dibujo linea en la cara de la pequeña para medir si la hinchazón aumentaba. Continuaron con el tratamiento de aplicarles los antibióticos, recetados por la vía intravenosa.
Al pasar unos dias, los padres observaron lo que parecía ser una cadena o un palo que emergia de su rostro. Poco después, del cuello de la niña empezó a salir un objeto disminuto. Lo que extrajeron de su cuello fue chocante…..
¡Resultó que fue una pluma! Al parecer Mya tuvo que tragársela o inhalarla y su organismo, al no poder consumir ese objeto ajeno, empujó la pluma por su cuello.
Los Whittingtons admitieron que tenían una almohada de plumas que guardaban debajo de su cama, pero nunca la utilizaron para su hijita, por eso no supieron explicarse cómo fue que la niña llegó a tragar la pluma.
“De hecho, durante un par de meses parecía como si algo le estuviera molestando al lado izquierdo de su cara”, dijo Emma, pero sospechaba que le estaban saliendo los dientes y no reaccionaba hasta aquel día en que vio un hinchazón.
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