El alcohol siempre debería ser tomado con medida y tomando las precauciones pertinentes y es que cuando uno tiene copas de más, dice lo que no debería y actúa de una forma inusual.
Muchas veces terminamos arrepintiéndonos de ello cuando la borrachera ha pasado, aunque en algunas ocasiones, también podemos hacer algo increíble por nosotros u otras personas y no recordarlo, hasta que nos lo dicen.
Al menos fue lo que le ocurrió a Freddy, su hijo le reveló al siguiente día todo lo que había ocurrido, tenía un gran golpe en el ojo, una carta de su mujer y una terrible resaca.
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Había en su cabeza sólo fragmentos de lo que había acontecido la noche anterior.
Freddy era un hombre casado, sin embargo, los viernes solía juntarse con sus amigos e ir a beber alcohol a un bar.
Él se pasó de copas y llegó tan alcoholizado a casa que ni siquiera recuerda cómo es que logró llegar.
Al siguiente día tenía una terrible resaca. Sólo fragmentos en su cabeza de lo que había hecho por la noche, llegó a pensar que quizás por su estado había hecho algo muy malo, al terminar de abrir sus ojos, se encontró en la mesita de a lado con unas pastillas para el dolor de cabeza y un vaso con agua.
Siente un terrible dolor en uno de sus ojos, se levanta para ir al baño y frente a él hay ropa planchada y doblada.
Al mirarse en el espejo no puede creerlo ¡tiene un ojo totalmente negro!
Se queda paralizado al no tener ni idea de lo que ha ocurrido o que es lo que ha hecho.
En una esquina del espejo está pegada una nota en la que había corazones dibujados, además, decía lo siguiente:
¨Mi amor, en la noche llegaste todo borracho, hiciste un gran escándalo y no tuve opción más que dejarte dormir. Te dejé desayuno sobre la mesa. Salí al super a comprar todos los ingredientes necesarios para preparar tu comida favorita por la noche y cenar en familia. También te dejé ropa limpia y a nuestro hijo cuidando de ti. Vuelvo en un momento. Te amo, mi vida. Tu esposa¨.
Freddy fue a la cocina y se encontró con el delicioso desayuno que su esposa le había preparado, incluso había café recién hecho y el periódico del día.
El angustiado hombre trataba de entender lo ocurrido y también el comportamiento de su mujer, así que decidió averiguarlo a través de su hijo. Al encontrarlo en su habitación, le preguntó qué era lo que había pasado en la noche o si acaso él había hecho algo muy malo que debería saber antes de que mamá volviera.
Y por fin la verdad salió a la luz
El pequeño le platicó a su padre que había llegado a casa pasado de las 5 de la mañana, que ni siquiera recordaba que él era su hijo, se había caído tres veces, incluso había quebrado un jarrón de la sala.
Vomitó en la cocina y al pisar su propio vomito se había resbalado hasta golpear muy fuerte de frente con una puerta, por eso tenía el ojo así.
El hombre ahora estaba más confundido pues no entendía el comportamiento de su mujer, incluso sospechaba que se trataba de una trampa, tal vez era momento de salir huyendo, pero antes de eso fue directo con su hijo y le preguntó por qué su madre se encontraba tan de buenas porque incluso le había dejado ropa limpia y planchada, medicamento para la resaca y desayuno.
A lo que el pequeño le respondió:
¨¡Ah sí, te refieres a eso! Cuando mamá logró llevarte a la habitación, trató de quitarte la ropa porque estabas todo vomitado, entonces tú le gritaste ¡déjame en paz abusadora, soy un hombre casado, respétame!¨.
Freddy por fin lo entendía todo y termino llorando de la emoción…
Si a ti también te ha hecho reír la anécdota de Freddy, comparte con los demás para que también los hagas reír.
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