Esta Hoja Produce Insulina, Limpia Los Riñones, Elimina El Ácido Úrico, Y Regula La Presion Arterial.


El níspero es un arbusto o arbolillo caducifolio, perteneciente a la familia de las rosáceas (Mespilus germánica) originario de Oriente.

Éste mide de 1,5 a 5 metros de altura, y tiene el tronco y las ramas tortuosos y la corteza grisácea. Sus hojas son elípticas y enteras, brevemente pecioladas, pubescentes por el envés. Las flores, blancas y grandes, nacen solitarias y carecen casi de pedúnculo.

El fruto, que recibe el mismo nombre que el árbol, es pubescente, de dimensiones pequeñas (parecidas a una ciruela pequeña) de forma apeonzada, coronado por los sépalos y ahuecado en el ápice, de color amarillo en su inicios y luego rojizo a pardo en la madurez; su carne, dura y acerba al principio, se torna blanda y azucarada por la pacificación.

Cuando el fruto se desprende del árbol y completa su maduración, adquiere mayor dulzura. Un inconveniente por el cual el níspero no ha alcanzado mayor difusión, es el desmesurado tamaño de su semilla. Esto se ve compensado, cuando está bien maduro, por su exquisito sabor.

El níspero se cultiva por sus frutos comestibles. También crece silvestre o subespontáneo en lugares más o menos húmedos.

 Propiedades nutritivas y curativas

Aunque en menor proporción, contiene vitaminas B y C. Entre las sales minerales, sobresalen el fósforo, calcio y potasio; además su pulpa encierra buenas cantidades de ácido cítrico, málico y tártrico. Su discreta cantidad de hidratos de carbono, reduce sensiblemente su valor alimenticio.

La principal virtud terapéutica del níspero es ser un buen astringente y regulador del funcionamiento intestinal y combatir la retención de líquidos.

Su astringencia se manifiesta por la cantidad de ácidos que contiene su pulpa.

Se trata de un fruto muy digerible y refrescante, que combina muy bien con cualquier fruto dulce y maduro. Siempre debe ser comido sin piel.

Un desayuno muy sabroso y nutritivo, puede estar compuesto por nísperos y dátiles, en cantidades adecuadas, sin abusar de ninguno de los frutos.

Remedios populares

Remedio con níspero para los riñones.  Quitar con cuidado la cáscara, moler bien las pepitas de las frutas con azúcar en un mortero y hacer con ellas una horchata con uno o dos vasos de agua caliente Tomar a diario. Produce un resultado agradable y aumenta la orina.

Remedio con níspero para la diarrea Hervir en medio litro de agua 25 g. de corteza fresca de níspero, previamente lavada, por 25 minutos.  Colar y tomar a lo largo del día

Remedio con níspero para la gota: Dejar en maceración por 24 horas en 1 litro de vino blanco  un puñado de carozos de nísperos molidos. Filtrar y beber una copita por la mañana y otra por la noche.

Remedio con níspero para las aftas o lavar heridas: Hervir 40 g de corteza en una taza de agua. Dejar refrescar y efectuar varias gárgaras al día.

Remedio con níspero para cicatriz Hervir por 20 minutos en un litro de agua de 6 a 10 nísperos maduros, previamente lavados y sin semillas.  Pasado ese tiempo, empapar un paño y aplicar a diario sobre la cicatiriz.

Remedio con níspero para aumentar de peso   Ingerir 10 nísperos al día que pueden ser  preparados, ya sea cocidos en forma de puré o mermelada.

Remedio con níspero para la diabetes: Verter 2 cucharadas de hojas de níspero en un litro de agua y hervir hasta que quede la mitad.  Dejar refrescar y tomar a lo largo del día.

Remedio con níspero para el lumbago  Machacar 100 g de huesos de nísperos en un mortero y verter en un litro de vino blanco seco.   Luego, dejar macerar el vino por todo un día, agitando la botella 4 o 5 veces. Al día siguiente, colar el líquido y guardar en una botella de cristal oscuro. Este vino se toma a razón de 1 copita de licor por las mañanas, en ayunas.

 Receta saludable

Receta saludable con níspero: Albaricoques y níspero braseados al azafrán

Ingredientes (para 2 raciones)
200 g de albaricoques frescos
200 g de nísperos
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
5 hebras de azafrán
2 cucharadas de miel
clara

Preparación
Pelamos los nísperos, los cortamos por la mitad y les quitamos el hueso. Los reservamos y pasamos a cortar los albaricoques en cuartos.

En una sartén calentamos el aceite a fuego lento, añadimos el azafrán y los albaricoques y los cocemos hasta que se ablanden. Durante la cocción vamos añadiendo el azúcar integral.

A la hora de presentarlo se coloca en el centro del plato una porción de frutas, se rodea con un hilo de la cocción y se acaba de decorar con las hebras de azafrán.

Nota: Si no conseguimos nísperos podemos utilizar otras frutas de hueso, como ciruelas o melocotones. Este plato de frutas queda estupendo acompañado de unas galletas integrales.

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